Vuelta al Vignemale
El macizo del Vignemale alberga las cimas más altas de los Pirineos Franceses y algunos de los últimos glaciares de Pirineos.
Nuestra idea en esta aventura de verano era rodear este macizo en los Pirineos, así que durante tres días nos embarcamos en una travesía de casi 40 km de distancia, descubriendo paisajes increíbles y disfrutando de unos días de desconexión absoluta en la montaña.
Día 1:
El primer día, después de un buen café, comenzábamos nuestra ruta desde el refugio de Bujaruelo, nos despedíamos de la civilización por unos días. Durante varias horas, fuimos remontando el curso del Río Ara, el calor apretaba bastante y las zonas de sombra eran inexistentes, así que era inevitable meter la cabeza en el río cada cierto tiempo y sentirte debajo de un aire acondicionado por unos segundos.
Caminábamos felices en nuestro primer día de aventura, pero eso, cambio un poco al llegar la subida final del día, tocaba subir unos buenos kilómetros verticales para alcanzar el paso fronterizo con Francia, ¡vaya subida…! Pero tras un largo descenso llegó la recompensa del día; estábamos frente al glaciar de Oulettes, una de las postales más bellas de todo el pirineo, sin duda, era una auténtica maravilla contemplar esas enormes paredes. Una vez a los pies del glaciar, montemos nuestras tiendas y subimos al refugio de Oulettes a por una buena y merecida cerveza, desde ahí contemplábamos ese alucinante paisaje, era difícil dejar de mirarlo, así que estuvimos ahí sentados hasta qué cayó la noche.
Día 2
Salimos de la de la tienda con los primeros rayos de sol iluminando los picos más altos del glaciar de Oulettes, era hora de volver a cargar la mochila para afrontar otro largo día de trekking, nuestra primera parada era la cima del Petit Vignemale a una altitud de 3.032 m, una vez allí arriba era difícil no sentirse pequeño, mirar al horizonte y no ver más que montañas y montañas.
Tras coronar ese tres mil hicimos una breve parada para repostar fuerzas en el refugio de Bayssellance, el refugio más alto de Pirineos 2.651m.
Aún nos esperaba una larga (muy larga) bajada, atravesando ríos glaciares y algún que otro nevero que se resistía al verano. Después de una larga jornada, al llegar a la parte baja del valle, encontramos el lugar ideal en el que pasar la noche, un sitio lleno de paz junto al lago d’Ossue.
Día 3
Era nuestro último día, el cansancio hacía mella, llevábamos dos días bastante duros caminando con unos cuantos kilos a nuestras espaldas y con un calor sofocante más propio del sur que de Pirineos. Comenzamos pronto a caminar para evitar derretirnos bajo el sol, ascendimos un valle increíble hasta el puerto de Bernatuara, paso fronterizo entre España y Francia, allí, entre fuet y risas, contemplábamos el ibon de Bernatuara, un sitio de esos a los que merece la pena volver una y otra vez.
Desde ese punto, ya “solo” nos quedaba la última bajada hasta el valle Bujaruelo. Una larga bajada, pero con una recompensa brutal para acabar esta gran aventura, un baño en las aguas cristalinas del río Ara y una buena cerveza en el refugio de Bujaruelo, bajo la atenta mirada de esos picos de los Pirineos.
Track de nuestra ruta.
Hasta aquí nuestra aventura de verano en Pirineos.
Gracias a mis compañeros de aventura, Javier, Pablo, David, Manu, Eri y Davi 👋🏼⛰️