Volcán de La Palma
Sin pensarlo demasiado y después de una larga odisea entre aeropuertos y barcos, desembarqué en la isla de La Palma. Llegué en la más absoluta oscuridad de la noche sin saber muy bien qué me iba a encontrar allí, solo sentía caer una extraña lluvia mezclada con ceniza que era bastante incómoda.
A las 5 de la madrugada me puse rumbo a la zona del volcán de Cumbre Vieja, nunca olvidaré el momento en el que miré a un lado por la ventanilla y el cielo parecía estar en llamas con un color rojizo intenso. En efecto, ¡estaba ante el volcán!
Todos los días me levantaba de madrugada para ir a contemplar el volcán en el más puro silencio, huyendo de las aglomeraciones turísticas que se agolpaban al atardecer en los miradores más icónicos (los turistas no suelen levantarse a las 4 de la mañana jaja).
He de reconocer que esos momentos frente al volcán de Cumbre Vieja han sido algunos de los instantes más épicos de mi vida; ver salir la lava disparada por los aires, sentir ese intenso rugido en el más absoluto silencio del amanecer... sin duda fue una experiencia única el sentir así la fuerza de la naturaleza. Había visto miles de imágenes del volcán, pero estar ahí frente a él no tenía nada que ver, ¡Era increíble!.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda, escuchar algunos comentarios de los isleños que han perdido su casa era realmente duro. Aún recuerdo un comentario de una pareja de ancianos que contemplaban el volcán y se decían el uno al otro señalando una de las coladas de lava: “mira, ahí estaba nuestra casa”. Ese momento creo que quedará marcado en mi mente de por vida.
El resto del día en la isla lo dedicaba a conocer un poco más su historia, sus gentes, a caminar entre las nubes por sus montañas o darme un baño en algunos de sus charcos. Y es que la isla de la Palma va mucho más allá de este volcán, por algo es conocida como la “Isla bonita”.
Ahora, ya de vuelta de esta aventura y con un extraño sentimiento dividido entre la euforia del momento y la tristeza por escuchar algunas historias de gente que ha perdido tanto, escribo estas palabras, deseando que todo pase y poder volver pronto para poder seguir disfrutando de esta isla.
28°40′00″N 17°52′00″O
¡Nos vemos pronto!